¡El dolor es tan delicioso!
¡La mermelada brotando de la piel!
¡El agua salada rebalsando de los ojos!
¡La textura rasposa de las cicatrices!
¡También el dulce escalofrío al presionar los golpes!
Pero sin duda, la parte más deliciosa...
¡Es cuando te lo ocasionas tú mismo!
¡Vamos, inténtalo!
¡Ábrete! ¡Llora! ¡Lastímate! ¡Golpéate!
Algunos comen para olvidar, pero tú...
¡Conviértete en un platillo!
¡Muele tu cuerpo hasta hacerlo papilla y dale de comer a las moscas!
¡Hazlo porque el dolor es delicioso!
¡Buen provecho!
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