Los contratos que no están impresos en papel son los más fáciles de romper, porque lo único en juego, es el corazón.
Firmamos un acuerdo que ninguno pudo cumplir, porque tú te fuiste sin avisar, y yo no pude hacer nada para que te quedaras.
Ahora las actividades que me hacían sentir pleno, me dejan un vacío inmenso como el del departamento desde que tus cosas no están.
Me culpo por no ser lo suficiente para que no tuvieras que tomar tan drástica decisión, si no me hubiese enfocado solamente en complacerte con las cosas que te gustan, probablemente estaríamos contando otra historia.
Si mi amor te hubiese podido llenar lo suficiente para no pensar en todas las cosas que no te gustan, al final de nuestra historia moriríamos juntos de la mano.
Ahora no estás, y quien ha perdido el corazón, soy yo.
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