jueves, marzo 07, 2024

Deuda.

Amo a mi madre.

Sin razón, la amo.

Por eso cuando pienso en toda la felicidad que le robó mi existencia, me ahogo.

Me asfixio de ideas, de escenario, de preguntas, ¿Cómo puedo devolverle lo que sin querer le saqué mucho antes de nacer?

Entonces escucho una voz. Mi propia voz.

Me dice:

"Desaparece para siempre".

Pero soy tan cobarde que no puedo hacerlo, entonces Dios me castiga por ello, me ahorca hasta sentir que la vida se me está por ir en ese instante y después me abandona en medio de la oscuridad. 

He aceptado este destino con el fin de saldar lo que debo, y que en la próxima vida, mi madre pueda recuperar toda la felicidad que no pudo obtener por mí culpa.

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